El Cuerpo Se Construye A Si Mismo (Efesios 4:1-16)
En este inspirador sermón del pastor Brennan, se saca a la luz la profunda esencia de ser parte de una iglesia local y su impacto en el crecimiento espiritual. El sermón se alinea maravillosamente con las Escrituras, particularmente con el Capítulo 4 de Efesios, ya que ilumina el principio de unidad en el cuerpo de Cristo, el significado de los dones espirituales únicos de cada miembro y los roles esenciales que desempeñan en la comunidad.
Se invita a los espectadores a descubrir y utilizar sus dones espirituales para la edificación del equipo de Dios. Trazando sorprendentes paralelismos entre los miembros de la iglesia y los jugadores de la NFL, el sermón enfatiza que ningún miembro debía permanecer al margen. El pastor Brennan defiende con éxito una relación simbiótica entre la iglesia y sus miembros, atendiendo las necesidades espirituales de cada uno para la elevación de la iglesia.
Profundizando en la exploración de las Escrituras, este esclarecedor sermón subraya el hilo vital de la unidad fomentada por el evangelio. Explica cómo cada creyente, independientemente de la singularidad de sus dones, desempeña un papel esencial en el mantenimiento de esta unidad. Además, el sermón presenta una comprensión integral de los dones espirituales, reconociendo a Jesucristo como el proveedor de estos dones y destacando el papel que desempeñan en el crecimiento y servicio de la iglesia.
Se discuten perspectivas desalentadoras sobre el ministerio, que señalan el peligro inherente de no fundamentar a los creyentes en el evangelio antes de desplegarlos en el ministerio. El sermón reitera la necesidad de que los creyentes arraiguen constantemente su servicio en el evangelio como protección contra el balanceo hacia el orgullo o la desesperación. Al explorar la palabra griega 'catartesmos', un concepto que resume el proceso de equipar a los santos (creyentes) para el ministerio, el episodio subraya cómo los dones espirituales sin el equipamiento del evangelio no pueden resultar en la expansión del cuerpo de Cristo: la iglesia.
Finalmente, el sermón cierra con una nota poderosa, recordando a los creyentes su aceptación a través de la Gracia de Cristo, afirmando que sirven porque han sido aceptados, no para ganarse la aceptación. Arraigarse profundamente en el evangelio sigue siendo fundamental mientras los creyentes sirven a Cristo y su Reino. Este sermón no es sólo una escucha profunda para cada creyente que busca comprender su papel en la iglesia local, sino un llamado de atención a la acción para que todos los creyentes contribuyan de manera única al cuerpo de Cristo.